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El Basilisco
El Basilisco, revista de filosofía fundada en 1978 por Gustavo Bueno
 


El Basilisco, número 4, septiembre-octubre 1978, página 29

Vidal Peña

Schopenhauer y la música: un caso de 'romanticismo formalista' musical

El Basilisco, número 4, septiembre-octubre 1978, páginas 29-34.

Vaya por delante que soy ignorante cualificado en materia musical. Mi afición a oír música no mitiga esa ignorancia, como no la mitiga en tantos otros aficionados. Debemos confesar que la afición a la música puede ser sospechosa: oculta a veces no sólo ignorancia sobre la música, sino sobre otras cosas. El modesto esfuerzo de asistir a un concierto, o el más oneroso –para algunos– de soportar una ópera, tienen sus compensaciones: uno puede exhibir una especie de certificado público de «preocupación por las cosas de la cultura», sin que su conducta tenga que ser muy activa: en pocas ocasiones puede ser la pereza tan gratificante. Ya sé que no es éste siempre el caso, aunque muchas veces me he preguntado si no será el mío. Pero este problema personal no importa aquí. Confesar ignorancia es de todas maneras inútil, puesto que ya estoy hablando de algo que tiene que ver con la música: «si no sabe nada de eso, ¿qué hace Vd. aquí?», podrían preguntarme con razón. Mi respuesta es la siguiente: de una parte, que los directivos de la Capilla Clásica se han empeñado en hacer caso omiso de esa ignorancia; por otra parte, que algo sí puedo decir de música, aunque no desde un punto de vista técnico-formal estricto. Puedo decir algo, en razón de mis ocupaciones más o menos profesionales, de lo que alguien ha pensado acerca de la música, no precisamente en términos técnicos, sino desde un punto de vista más general. La preocupación por la música ha desbordado muchas veces el aspecto artesanal, de oficio, que ella tiene, para pensarla en más amplios términos histórico-culturales. Yo aquí voy a hablar de un episodio, no de la historia de la música, sino de la filosofía musical, y debo suponer que algún melómano, al menos, tendrá humor para aguantar una charla en la que se habla más bien del valor y la significación de la música en una filosofía, o más bien en una entera actitud vital: la de Schopenhauer. Lo único que lamento es que ésta charla no suene: pero mis facultades como cantante son aún más limitadas que como teórico.

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