Historia del concepto psicopatológico de Neurosis y sus tipos

El concepto de Neurosis es hoy ya casi un cadáver, pero desde que el médico y químico escoces William Cullen (1710-1790) lo acuñase en 1769, en su Synopsis nosologiae methodicae, hasta los años ochenta del pasado siglo, ha sido una de las nociones clave en los campos categoriales de la medicina psiquiátrica y de algunas escuelas de psicología, principalmente del Psicoanálisis. Este concepto resultó ser uno de los “caballos de batalla” de la nosología y de la nosografía psiquiátrica y psicopatológica, y por ende (y desde una perspectiva filosófica que ha de estar atenta a las ideas que surgen del choque, evolución y discontinuidades entre conceptos) también interesa y mucho a la Gnoseología, entendida por nosotros desde el Materialismo Filosófico como Filosofía de las técnicas, de las ciencias y de las tecnologías.

Durante este dilatado periodo hasta la llegada de los manuales estadísticos estadounidenses conocidos por las siglas en inglés como DSM (sobre todo a partir del DSM-III y ya se va por la quinta versión o DSM-V) la Psiquiatría, que aspiraba a poseer el aval de ser tenida como “científica”, había de bregar en la práctica clínica diaria (tanto en las consultas privadas o ambulatorias, como en los manicomios o en las más refinadas “casas de salud” para personas pudientes y de las clases altas), con las neurosis, las psicosis (y dentro de éstas la esquizofrenia) y las perversiones de todo tipo.

Desde Philippe Pinel (1745-1826) hasta hace unas décadas, pongamos hasta Hubert Tellenbach (1914-1994), pasando por autores tan dispares como Esquirol, Charcot, Kraepelin, Freud, Adler, Jung o Kurt Schneider, la Psiquiatría y la Psicología Clínica han ensayado todo tipo de métodos, clasificaciones y tratamientos para abordar el complejo mundo de lo que confusamente se llama “enfermedad mental”; incluyendo nociones como síntoma, síndrome, reacción vivencial anómala y un largo etcétera. También durante mucho tiempo las neurosis fueron consideradas como trastornos menores, meramente psicógenos, sin una supuesta base endógena, es decir biológica (ni metabólico-endocrina ni fruto de una lesión neurológica). A partir de la magna obra de Freud y de su principal descubrimiento (el inconsciente, teñido de pulsiones sexuales y agresivas) el concepto de neurosis pasó a ser casi de dominio público, teniendo una gran incidencia en la trama de bastantes novelas y de los guiones cinematográficos de muchas películas, amén de otras obras de arte. Hay que recordar que desde la Antigüedad (por ejemplo desde el “problema 30” de Aristóteles) ya se asociaba la creatividad artística, filosófica o científica (la genialidad intelectual), o el liderazgo político o militar, con ciertas formas de “manía” o “melancolía”.

Tampoco podemos olvidar que mucho antes de Hipócrates y Platón, ya en papiros sumerios y egipcios se da a entender que hay mujeres que sufren cierto tipo de trastornos, propios de su condición sexual, a las que se aconsejaba (fueran solteras vírgenes o viudas) el matrimonio, léase el coito, como terapia para aliviar sus males.

Nosotros, en esta lección, sólo pretendemos hacer un breve repaso histórico por el concepto de neurosis y sus tipos (según diferentes clasificaciones) y ello hasta la llegada de la revolución farmacológica de las últimas cuatro o cinco décadas, donde la Psiquiatría Clínica ha entrado de la mano de las llamadas “neurociencias” y de las “investigaciones farmacológicas” en el seguro campo de la ciencia (visto en perspectiva emic). De esta suerte el concepto de neurosis, semánticamente muy marcado por el Psicoanálisis, ha ido perdiendo vigencia (aunque aún está presente en la clasificación estadística europea o CIE-10) y ha sido sustituido por los Trastornos de Ansiedad (abandonando el concepto esencial de “angustia” que era el que definía básicamente la génesis y estructura de las neurosis) o en otros casos la vieja sintomatología ha quedado subsumida en los Trastornos de la Personalidad. Todo ello para más complejidad afecta a la dualidad (o pseudodualismo, según se mire) entre cerebro/mente. Y este sí que es un serio problema filosófico que sólo aspiramos a plantear.

Miguel Ángel Navarro Crego (Oviedo, 1963), filósofo español, investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno. Ha ofrecido en la Escuela de Filosofía de Oviedo las lecciones: “Cine y mitología” (EFO 110), “La tradición armera del Imperio español, siglos XVI-XVIII” (EFO 129), “Estados Unidos en el siglo XIX: historia negra, leyenda rosa” (EFO 167), y “El violento Far-West y sus armas. Historia negra, leyenda rosa. El libro” (EFO 313).

 
Escuela de Filosofía de Oviedo