![]() |
![]() |
El Periódico de Catalunya Barcelona, viernes 29 de abril de 2005 |
Libros // Novedad página 86 |
Gustavo Bueno reflexiona sobre la felicidad Mercedes Jansa. Madrid Gustavo Bueno (Santo Domingo de la Calzada, 1924) apenas conocía el fenómeno editorial de los llamados libros de autoayuda hasta que por diversas circunstancias se puso a trabajar en su última obra, El mito de la felicidad, que acaba de publicar Ediciones B. Se quedó de una pieza al ver tanta «literatura basura», suscrita por firmas eminentes y que da cifras astronómicas de ventas. «Es terrorífico», afirma Bueno. «Están escritos para débiles mentales». Contra los primeros que carga este polémico pensador afincado en Asturias, es contra los renombrados psiquiatras que no tienen «una formación clásica, científica o antropológica seria, y en este terreno se comportan como puros aficionados». Bueno, que se niega vehementemente a vulgarizar el lenguaje para que sus reflexiones lleguen mejor al público –«ya está bien de bajar el nivel, que lo suba la gente», exclama–, señala a Aristóteles y a Santo Tomás como los que mejor han diseccionado la idea de felicidad. El autor de El mito de la izquierda y Terrorismo, guerra y globalización, denuncia la usurpación que de la idea de felicidad ha hecho la sociedad de mercado, y con más intensidad, tras la desaparición del Muro de Berlín. Desde entonces, dice Bueno, se ha impuesto el modelo norteamericano y ofrecen felicidad «quienes prometen el estado de bienestar». Los que confiesan que la felicidad es tener un coche mejor, una casa a la última, o quitarse las zapatillas al llegar a casa, no son más que «pobre gente, una oveja dentro de un rebaño». «Ahora ser feliz es un deber, y el que no quiere ser feliz es un degenerado a ojos de la sociedad», explica este catedrático, que comparte con Goethe la afirmación de que «la felicidad es cosa de plebeyos», en la medida en que éstos dicen haber conseguido la felicidad cuando emulan o han igualado los bienes de consumos de los poderosos. En todo caso, reconoce que «la felicidad es un concepto muy difícil de delimitar». |
| |
El Periódico de Catalunya [Edició en català] Barcelona, viernes 29 de abril de 2005 |
Llibres // Novetat pág. 86 |
Gustavo Bueno reflexiona sobre la felicitat Mercedes Jansa, Madrid Gustavo Bueno (Santo Domingo de la Calzada, 1924) amb prou feines coneixia el fenomen editorial dels denominats llibres d'autoajuda fins que per diverses circumstàncies es va posar a treballar en la seva última obra, El mito de la felicidad, que acaba de publicar Ediciones B. Es va quedar de pedra al veure tanta «literatura escombraries», subscrita per firmes eminents i que dóna xifres astronòmiques de vendes. «És terrorífic», afirma Bueno. «Estan escrits per a febles mentals». Contra els primers que carrega aquest polèmic pensador establert a Astúries és contra els famosos psiquiatres que no tenen «una formació clàssica, científica o antropològica seriosa, i en aquest terreny es comporten com a purs aficionats». Bueno, que es nega vehementment a vulgaritzar el llenguatge perquè les seves reflexions arribin millor al públic –«ja està bé de rebaixar el nivell, que l'apugi la gent», exclama–, assenyala Aristòtil i sant Tomàs com els que més bé han disseccionat la idea de felicitat. L'autor d'El mito de la izquierda i Terrorismo, guerra y globalización denuncia la usurpació que de la idea de felicitat ha fet la societat de mercat, i amb més intensitat, després de la desaparició del Mur de Berlín. Des d'aleshores, diu Bueno, s'ha imposat el model nord-americà i ofereixen felicitat «els que prometen l'estat de benestar». Els que confessen que la felicitat és tenir un cotxe millor, una casa a l'última o treure's les sabatilles a l'arribar a casa no són més que «pobra gent, una ovella dins d'un ramat». «Ara ser feliç és un deure, i el que no vol ser feliç és un degenerat a ulls de la societat», explica aquest catedràtic, que comparteix amb Goethe l'afirmació que «la felicitat és cosa de plebeus», en la mesura que aquests últims diuen haver aconseguit la felicitat quan emulen o han igualat els béns de consum dels poderosos. En tot cas, reconeix que «la felicitat és un concepte molt difícil de delimitar». |
| |
La Voz de Asturias Oviedo, viernes 29 de abril de 2005 |
Cultura página 76 |
Bueno: «Los libros de autoayuda son para débiles mentales»
Mercedes Jansa. Madrid Gustavo Bueno apenas conocía el fenómeno editorial de los llamados libros de autoayuda hasta que por diversas circunstancias se puso a trabajar en su última obra, El mito de la felicidad, que acaba de publicar Ediciones B. Se quedó de una pieza al ver tanta «literatura basura», suscrita por firmas eminentes y que da cifras astronómicas de ventas. «Es terrorífico», afirma Bueno. «Están escritos para débiles mentales». Contra los primeros que carga este polémico pensador afincado en Asturias, es contra los renombrados psiquiatras que no tienen «una formación clásica, científica o antropológica seria, y en este terreno se comportan como puros aficionados». Bueno, que se niega vehementemente a vulgarizar el lenguaje para que sus reflexiones lleguen mejor al público –«ya está bien de bajar el nivel, que lo suba la gente», exclama–, señala a Aristóteles y a Santo Tomás como los que mejor han diseccionado la idea de felicidad. El autor de El mito de la izquierda y Terrorismo, guerra y globalización, denuncia la usurpación que de la idea de felicidad ha hecho la sociedad de mercado, y con más intensidad, tras la desaparición del Muro de Berlín. Desde entonces, dice Bueno, se ha impuesto el modelo norteamericano y ofrecen felicidad «quienes prometen el estado de bienestar». Los que confiesan que la felicidad es tener un coche mejor, una casa a la última, o quitarse las zapatillas al llegar a casa, no son más que «pobre gente, una oveja dentro de un rebaño». «Ahora ser feliz es un deber, y el que no quiere ser feliz es un degenerado a ojos de la sociedad», explica este catedrático, que comparte con Goethe la afirmación de que «la felicidad es cosa de plebeyos», por emular a los poderosos. |
| |
El Adelanto de Salamanca Salamanca, viernes 29 de abril de 2005 |
Novedad editorial |
El filósofo Gustavo Bueno realiza una reflexión sobre la felicidad Mercedes Jansa Gustavo Bueno (Santo Domingo de la Calzada, 1924) apenas conocía el fenómeno editorial de los llamados libros de autoayuda hasta que por diversas circunstancias se puso a trabajar en su última obra, El mito de la felicidad, que acaba de publicar Ediciones B. Se quedó de una pieza al ver tanta «literatura basura», suscrita por firmas eminentes y que da cifras astronómicas de ventas. «Es terrorífico», afirma Bueno. «Están escritos para débiles mentales». Contra los primeros que carga este polémico pensador afincado en Asturias, es contra los renombrados psiquiatras que no tienen «una formación clásica, científica o antropológica seria, y en este terreno se comportan como puros aficionados». Bueno, que se niega vehementemente a vulgarizar el lenguaje para que sus reflexiones lleguen mejor al público –«ya está bien de bajar el nivel, que lo suba la gente», exclama–, señala a Aristóteles y a Santo Tomás como los que mejor han diseccionado la idea de felicidad. El autor de El mito de la izquierda y Terrorismo, guerra y globalización, denuncia la usurpación que de la idea de felicidad ha hecho la sociedad de mercado, y con más intensidad, tras la desaparición del Muro de Berlín. Desde entonces, dice, se ha impuesto el modelo norteamericano y ofrecen felicidad «quienes prometen el estado de bienestar». Los que confiesan que la felicidad es tener un coche mejor, una casa a la última, o quitarse las zapatillas al llegar a casa, no son más que «pobre gente, una oveja dentro de un rebaño». «Ahora ser feliz es un deber, y el que no quiere ser feliz es un degenerado a ojos de la sociedad», explica este catedrático, que comparte con Goethe la afirmación de que «la felicidad es cosa de plebeyos», en la medida en que éstos dicen haber conseguido la felicidad cuando emulan o han igualado los bienes de consumos de los poderosos. |
| |
El Periódico de Extremadura Cáceres, viernes 29 de abril de 2005 |
Escenarios. Libros |
Bueno reflexiona sobre la felicidad Gustavo Bueno (Santo Domingo de la Calzada, 1924) apenas conocía el fenómeno de los llamados libros de autoayuda hasta que se puso a trabajar en su última obra, El mito de la felicidad, que acaba de publicar Ediciones B. Se quedó de una pieza al ver tanta «literatura basura», suscrita por firmas eminentes y que da cifras astronómicas de ventas. «Es terrorífico», afirma Bueno. «Están escritos para débiles mentales». Contra los primeros que carga este polémico pensador afincado en Asturias, es contra los renombrados psiquiatras que no tienen «una formación clásica, científica o antropológica seria, y en este terreno se comportan como puros aficionados». Bueno, que se niega vehementemente a vulgarizar el lenguaje para que sus reflexiones lleguen mejor al público, señala a Aristóteles y a Santo Tomás como quienes mejor diseccionaron la idea de felicidad. Bueno denuncia la usurpación que de la idea de felicidad ha hecho la sociedad de mercado. Se ha impuesto el modelo norteamericano y ofrecen felicidad «quienes prometen el estado de bienestar». |
| |
El Periódico de Aragón Zaragoza, viernes 29 de abril de 2005 |
Cultura |
El filósofo Gustavo Bueno reflexiona sobre la felicidad Mercedes Jansa, Madrid Gustavo Bueno (Santo Domingo de la Calzada, 1924) apenas conocía el fenómeno editorial de los llamados libros de autoayuda hasta que por diversas circunstancias se puso a trabajar en su última obra, El mito de la felicidad, que acaba de publicar Ediciones B. El filósofo se quedó de una pieza al ver tanta «literatura basura», suscrita por firmas eminentes y que da cifras astronómicas de ventas. «Es terrorífico», afirma Bueno. «Están escritos para débiles mentales», asegura. Contra los primeros que carga este polémico pensador afincado en Asturias, es contra los renombrados psiquiatras que no tienen «una formación clásica, científica o antropológica seria, y en este terreno se comportan como puros aficionados». Gustavo Bueno, que se niega vehementemente a vulgarizar el lenguaje para que sus reflexiones lleguen mejor al público –«ya está bien de bajar el nivel, que lo suba la gente», exclama–, señala a Aristóteles y a Santo Tomás como los que mejor han diseccionado la idea de felicidad. El autor de libros como El mito de la izquierda y Terrorismo, guerra y globalización, denuncia la usurpación que de la idea de felicidad ha hecho la sociedad de mercado, y con más intensidad, tras la desaparición del Muro de Berlín. Desde entonces, dice el filósofo, se ha impuesto el modelo norteamericano y ofrecen felicidad «quienes prometen el estado de bienestar». Los que actualmente confiesan que la felicidad es tener un coche mejor, una casa a la última, o quitarse las zapatillas al llegar a casa, no son más que «pobre gente, una oveja dentro de un rebaño», explica el autor riojano. «Ahora ser feliz es un deber, y el que no quiere ser feliz es un degenerado a ojos de la sociedad», explica este catedrático, que comparte con Goethe la afirmación de que «la felicidad es cosa de plebeyos», en la medida en que éstos dicen haber conseguido la felicidad cuando emulan o han igualado los bienes de consumos de los poderosos. En todo caso, Gustavo Bueno reconoce al hablar de este nuevo libro que «la felicidad es un concepto muy difícil de delimitar». |
| |
Córdoba. El Periódico Córdoba, sábado 30 de abril de 2005 |
Novedad literaria de Ediciones B |
Gustavo Bueno reflexiona sobre la felicidad humana Mercedes Jansa Gustavo Bueno (Santo Domingo de la Calzada, 1924) apenas conocía el fenómeno editorial de los llamados libros de autoayuda hasta que por diversas circunstancias se puso a trabajar en su última obra, El mito de la felicidad, que acaba de publicar Ediciones B. Se quedó de una pieza al ver tanta «literatura basura», suscrita por firmas eminentes y que da cifras astronómicas de ventas. «Es terrorífico», afirma Bueno. «Están escritos para débiles mentales». Contra los primeros que carga este polémico pensador afincado en Asturias, es contra los renombrados psiquiatras que no tienen «una formación clásica, científica o antropológica seria, y en este terreno se comportan como puros aficionados». Bueno, que se niega vehementemente a vulgarizar el lenguaje para que sus reflexiones lleguen mejor al público –«ya está bien de bajar el nivel, que lo suba la gente», exclama–, señala a Aristóteles y a Santo Tomás como los que mejor han diseccionado la idea de felicidad. El autor de El mito de la izquierda y Terrorismo, guerra y globalización, denuncia la usurpación que de la idea de felicidad ha hecho la sociedad de mercado, y con más intensidad, tras la desaparición del Muro de Berlín. Desde entonces, dice Bueno, se ha impuesto el modelo norteamericano y ofrecen felicidad «quienes prometen el estado de bienestar». Los que confiesan que la felicidad es tener un coche mejor, una casa a la última, o quitarse las zapatillas al llegar a casa, no son más que «pobre gente, una oveja dentro de un rebaño». «Ahora ser feliz es un deber, y el que no quiere ser feliz es un degenerado a ojos de la sociedad», explica este catedrático, que comparte con Goethe la afirmación de que «la felicidad es cosa de plebeyos», en la medida en que dicen haber conseguido la felicidad cuando emulan los bienes de los poderosos. |
| |
Mediterráneo. El Periódico Castellón, lunes 2 de mayo de 2005 |
Libros: Novedad |
Gustavo Bueno analiza el mito de la felicidad Mercedes Jansa Gustavo Bueno (Santo Domingo de la Calzada, 1924) apenas conocía el fenómeno editorial de los llamados libros de autoayuda hasta que por diversas circunstancias se puso a trabajar en su última obra, El mito de la felicidad, que acaba de publicar Ediciones B. Se quedó de una pieza al ver tanta «literatura basura», suscrita por firmas eminentes y que da cifras astronómicas de ventas. «Es terrorífico», afirma Bueno. «Están escritos para débiles mentales». Contra los primeros que carga este polémico pensador afincado en Asturias es contra los renombrados psiquiatras que no tienen «una formación clásica, científica o antropológica seria, y en este terreno se comportan como puros aficionados». Bueno, que se niega a vulgarizar el lenguaje para que sus reflexiones lleguen mejor al público –«ya está bien de bajar el nivel, que lo suba la gente», exclama–, señala a Aristóteles y a Santo Tomás como los que mejor han diseccionado la idea de felicidad. El autor de El mito de la izquierda y Terrorismo, guerra y globalización denuncia la usurpación que de la idea de felicidad ha hecho la sociedad de mercado, y con más intensidad, tras la desaparición del Muro de Berlín. Desde entonces, dice Bueno, se ha impuesto el modelo norteamericano y ofrecen felicidad «quienes prometen el Estado de bienestar». Los que confiesan que la felicidad es tener un coche mejor, una casa a la última, o quitarse las zapatillas al llegar a casa, no son más que «pobre gente, una oveja dentro de un rebaño». «Ahora ser feliz es un deber, y el que no quiere ser feliz es un degenerado a ojos de la sociedad», explica este catedrático, que comparte con Goethe la afirmación de que «la felicidad es cosa de plebeyos», en la medida en que éstos dicen haber conseguido la felicidad cuando emulan o han igualado los bienes de consumos de los poderosos. En todo caso, reconoce que «la felicidad es un concepto muy difícil de delimitar». |
Fundación Gustavo Bueno www.fgbueno.es |