ABC Miércoles, 29 de agosto de 2001 |
Cultura página 39 |
Gustavo Bueno: «Quien se crea un sabio no es más que un impostor» El Escorial. R.M.E. «Ciencia y sabiduría» es el título de la conferencia que pronunció ayer el filósofo Gustavo Bueno en el curso «Los sabios. Arte de vivir», organizado por la Complutense. En declaraciones a ABC, afirma que «aquel que se considera un sabio no es más que un impostor. Se habla de una comisión de sabios para tratar el tema de las vacas locas y ellos se quedan muy satisfechos, pero son sólo expertos. Incluso los siete sabios de Grecia no expresan más que frases ramplonas y prosaicas. El "conócete a ti mismo" del Oráculo de Delfos significa que debes conocer tus limitaciones. Está claro que si eres manco no puedes ser pianista». Su próximo libro, que aparecerá en breve, llevará por título: «Telebasura y democracia». «El inventor de la televisión ha sido Platón con el mito de la caverna –comenta–. La intimidad es un mecanismo biológico necesario para sobrevivir, pero lo más noble de nosotros está en lo público. A veces la intimidad es inconfesable; pensemos en Gescartera. En cuanto a la democracia parlamentaria, se encuentra sometida a las leyes del mercado». Asegura Gustavo Bueno que siguió la experiencia de «Gran Hermano» con la mentalidad de un antropólogo, sabiendo que se trataba de un observatorio de la sociedad española. «Me decían: ¿por que se preocupa de esa basura? Pero pensé que si 11 millones de espectadores seguían esa basura, significaba que éramos una basura todos, incluso los partidos políticos que tienen esos votantes». En cuanto a la sociedad española, le preocupa el tema de la unidad, en concreto el problema vasco y la integración en Europa: «Los catalanes son otra cosa, saben lo que es el arte de vivir y reconocen que necesitan permanecer en España, pero los vascos se encuentran en un nivel de salvajismo que ni ven ni razonan. Arzalluz y el PNV entienden que los pueblos de la Península Ibérica somos europeos si podemos dejar de ser españoles». El futuro, dice, es muy difícil, «ya que no se puede mandar allí a los tanques, porque sería peor. Entiendo que en parte arreglaría el problema la pena de muerte o lo que yo llamo la ejecución capital. Hablé de esto hace unos días con el ministro de Justicia y me decía que es una medida propia de sociedades retrasadas y que sería una venganza, pero ahí tenemos a Estados Unidos. Si tuvieran un juicio sumarísimo y luego el fusilamiento o la inyección letal, estos valientes del tiro en la nuca se lo pensarían». |
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