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La Nueva España
Jueves, 24 de febrero de 2000
Elecciones Generales 12-M / Desde la barrera
página D

Gustavo Bueno. Filósofo

«Frente al terrorismo no cabe el diálogo, sólo la pena de muerte»

Gustavo Bueno
Oviedo, J. C.

Gustavo Bueno, filósofo, natural de Santo Domingo de La Calzada, reside en Oviedo, donde ha creado el grueso de su obra.

—Un crimen político ¿debe alterar la campaña electoral?

—Puede modificarla porque demuestra la persistencia de un problema, el de la unidad de España, que es el más grave que tiene planteado el país. Privatizaciones, pensiones, tasas fiscales... son problemas secundarios. Al seguir matando, ETA demuestra que el problema es real.

—¿Tiene solución?

—Con ETA no cabe el diálogo y con el PNV, tampoco. Un partido que prometiera restablecer la pena de muerte arrastraría muchísimos votos. La gente dice que hay que mantener la serenidad, pide paz y levanta las manos no se sabe hacia dónde. Pero esto demuestra que no sabe qué hacer. Decimos que vamos a ganar, pero mientras tanto ETA sigue matando. Es un cuento. La única opción es la pena máxima, porque el diálogo no arregla las cosas cuando el diálogo es imposible.

—Pero ETA nació en el franquismo y con pena de muerte.

—Pero yo no propongo la pena de muerte por razones preventivas ni para disuadir. Eso es una vulgaridad. Yo la propongo como un test que indica hasta dónde una sociedad política tiene conciencia de tal y no es una mera fantasía leguleya. Una sociedad con pena de muerte no toleraría lo que hace ETA.

—¿El nivel del discurso político es elevado o ramplón?

—Ramplón. Lo más grave del discurso político es el peligro tremendo de que la campaña se articule como un debate entre izquierda y derecha. Invocando conceptos como izquierda y derecha se da por consabido que se sabe lo que se dice, cuando eso es una impostura.

«Con la UE, la OTAN y los "tiburones" del capitalismo no hay margen de libertad»

—¿No hay diferencia entre izquierda y derecha?

—No digo que no la haya. Lo que afirmo es que son conceptos políticos muy difíciles de entender y que se aplican como meras marcas para distinguir grupos. ¿Quién decide que es de izquierdas defender el bable o la autodeterminación? ¿O qué partido va a bajar las pensiones cuando hay ocho millones de votantes que viven de ellas? Estando en la UE, en la OTAN y en medio de los «tiburones» del capitalismo no hay mucho margen de libertad. Hay que votar en virtud de la honradez, de los compromisos concretos y de cómo los defienden. No se puede votar a quien no sabe razonar.

 


Fundación Gustavo Bueno
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