Biblioteca Filosofía en español
Luis de Molina
Concordia del libre arbitrio con los dones de la gracia
Traducción, introducción y notas por Juan Antonio Hevia Echevarría
Luis de Molina
Concordia del libre arbitrio con los dones de la gracia y con la presciencia, providencia, predestinación y reprobación divinas
Traducción, introducción y notas por Juan Antonio Hevia Echevarría
Biblioteca Filosofía en español, Oviedo 2007 (noviembre)
145×230 mm · 787 páginas
ISBN 978-84-934341-0-6 (FGB) · ISBN 978-84-7848-526-0 (Pentalfa)
→ Comprar en papel Concordia del libre arbitrio...
La Concordia del libre arbitrio con los dones de la gracia y con la presciencia, providencia, predestinación y reprobación divinas del jesuita Luis de Molina, publicada en Lisboa en 1588, en latín, es una de las obras más importantes de la gran filosofía escolástica española del siglo XVI. En ella, siguiendo el ideal ignaciano contrario al luteranismo, pero tratando de evitar el pelagianismo, Luis de Molina intenta conciliar los dos extremos de la antinomia de la libertad en su variante teológica, es decir, omnipotencia y omnisciencia divinas y libertad humana. La contradicción entre estos dos extremos parece evidente. En efecto, si el hombre posee libre arbitrio y obra conforme a él todas sus acciones, ¿cómo puede Dios poseer un poder absoluto sobre todas las cosas? Al mismo tiempo, si el hombre posee libertad para obrar en uno o en otro sentido, ¿qué certeza poseerá la ciencia divina? Parece que la antinomia teológica resulta totalmente irresoluble. Pero Molina intentará resolverla acudiendo al concurso simultáneo y la ciencia media, que es la ciencia que Dios tiene de los futuros contingentes. La ciencia media es un concepto crítico que limita la omnipotencia divina y obliga a Dios a situarse en el mismo plano que el hombre. Así la antinomia se resuelve en un horizonte personal en el que Dios y hombre aparecen enfrentados en la lucha por la libertad. Será precisamente este horizonte el más adecuado para un tratamiento filosófico verdadero de la idea de libertad.
Juan Antonio Hevia Echevarría (Zaragoza 1974), licenciado en Geografía e Historia y en Filosofía, es becario de investigación del Departamento de Filosofía de la Universidad de Oviedo. Ha traducido la Apología de los hermanos dominicos contra la Concordia de Luis de Molina de Domingo Báñez y el Tratado sobre la analogía de los nombres de Cayetano.
A través del Proyecto Filosofía en español se ofrece libremente, en formato pdf, la versión íntegra de esta primera traducción en lengua española de la Concordia de Luis de Molina, dirigida a quienes tengan interés en disponer del texto sin necesidad de adquirir un ejemplar de la edición impresa.
Introducción, por Juan Antonio Hevia Echevarría
§1. Luis de Molina: Vida y obras, 9
§2. La polémica de auxiliis, 12
§3. Concurso simultáneo y ciencia media, 15
§4. La ciencia media limita a Dios, 18
§5. Nuestra edición, 27
Concordia del libre arbitrio con los dones de la gracia y con la presciencia, providencia, predestinación y reprobación divinas. Comentarios al artículo 8 de la cuestión 14. ¿Es la ciencia de Dios causa de las cosas?, 31
Parte primera. Sobre las fuerzas del libre arbitrio para obrar el bien. Comentarios al artículo 13 de la misma cuestión 14
Disputa I. Sobre los errores acerca de la presciencia divina, nuestro libre arbitrio y la contingencia de las cosas, 35
Disputa II. ¿Qué debe entenderse bajo el nombre de «libre arbitrio»?, 45
Disputa III. Sobre el cuádruple estado de la naturaleza humana y de su libertad de arbitrio, cuya libertad también se extiende a las obras humanas sobrenaturales, 52
Disputa IV. Hasta dónde llegan las fuerzas del libre arbitrio en el estado de inocencia, 57
Disputa V. Qué puede hacer el libre arbitrio una vez abandonado el estado de inocencia y sólo con el concurso general de Dios, con respecto a cada una de las acciones que no transcienden un fin natural, 62
Disputa VI. ¿Puede el libre arbitrio, sólo con el concurso de Dios, hacer algo que conduzca a un fin sobrenatural?, 65
Disputa VII. ¿Puede el libre arbitrio, sólo con el concurso general de Dios, otorgar su asentimiento a la fe en relación tan sólo a la substancia de este acto, es decir, un asentimiento puramente natural?, 70
Disputa VIII. ¿Qué asistencia sobrenatural necesita el libre arbitrio para realizar el acto de creer necesario para alcanzar la justificación?, 77
Disputa IX. En Dios está el inicio de la fe y de los demás actos pertinentes para alcanzar la justificación; también se explica en esta disputa en qué medida la justificación y la concesión del propio inicio de la fe dependen de nuestro arbitrio y del concurso de la Iglesia, 82
Disputa X. ¿Confiere siempre Dios auxilios suficientes para alcanzar la fe y la justificación a aquel que hace todo lo que está en él o, por el contrario, a causa de sus graves pecados, a veces se los deniega a alguien?, 87
Disputa XI. También se puede incurrir en pecado de infidelidad, aunque el libre arbitrio no reciba la gracia previniente, 96
Disputa XII. ¿Depende sólo de la gracia previniente que un hombre se convierta y otro no?, 97
Disputa XIII. Sobre la esperanza y por qué no es necesario tratar de la dilección de Dios al margen de la contrición, 108
Disputa XIV. ¿Puede el libre arbitrio, sólo con el concurso general de Dios, realizar la atrición y la contrición de manera substancial?, 109
Miembro I. Parecer común de los escolásticos que responden de modo afirmativo, 109
Miembro II. En el que se explica el parecer contrario y sus fundamentos, 113
Miembro III. Debemos admitir que, entre la dilección eficaz de Dios y la veleidad, puede haber una dilección absoluta ineficaz, 116
Miembro IV. Qué dilección está incluida en la contrición y qué debe decirse sobre la cuestión propuesta, 122
Miembro V. En el que se refutan las objeciones contra el parecer común de los escolásticos, 126
Disputa XV . En la que se expone el parecer de algunos Concilios antiguos sobre lo que hemos dicho hasta ahora y se demuestra la libertad de arbitrio para realizar cada una de las acciones sobrenaturales, 132
Disputa XVI. Sobre las fuerzas del libre arbitrio para cumplir toda la ley, incluida la que obliga bajo pecado venial, 140
Disputa XVII. Sobre las fuerzas del libre arbitrio para cumplir toda la ley que obliga bajo pecado mortal y para cumplir cada una de sus partes, 142
Disputa XVIII. En la que explicamos, en función de lo que hemos expuesto en las dos disputas anteriores, algunos testimonios de las Sagradas Escrituras que parecen negar la libertad de arbitrio, 148
Disputa XIX. Sobre las fuerzas del libre arbitrio, sólo con el concurso general, para no sucumbir en cualquier momento a las fuertes tentaciones y para superar cada una de las restantes dificultades puramente naturales, 150
Miembro I. En el que explicamos dónde radica la dificultad y ofrecemos el primer parecer sobre la misma, 151
Miembro II. En el que presentamos el segundo parecer sobre esta cuestión, 154
Miembro III. Qué se puede aducir contra el primer parecer y en pro del segundo, 161
Miembro IV. Razones en pro del primer parecer y contrarias al segundo, 166
Miembro V. Qué puede responderse a las razones aducidas contra el segundo parecer, 167
Miembro VI. Qué debe pensarse sobre la dificultad propuesta y refutación de los argumentos propuestos contra el primer parecer, 170
Disputa XX. Cómo conciliar la potencia para evitar en cada caso cada uno de los pecados, tanto veniales, como mortales, con la impotencia para evitarlos todos en conjunto, 176
Disputa XXI. En la que explicamos otros pasajes de las Sagradas Escrituras y mostramos que no son contrarios a la libertad de arbitrio, 184
Disputa XXII. En la que explicamos el parecer de San Agustín acerca de la libertad para hacer el bien que perdimos por el pecado del primer padre, 186
Disputa XXIII. En la que demostramos la libertad del arbitrio humano, 192
Miembro I. En el que presentamos razones basadas en la luz natural, 192
Miembro II. En el que explicamos lo mismo con testimonios de las Sagradas Escrituras, 195
Miembro III. En el que demostramos la misma verdad con pasajes de los Sagrados Concilios, 198
Miembro IV. En el que demostramos que el parecer de los Padres sobre el libre arbitrio es el mismo, 199
Disputa XXIV. En el instante en que la voluntad quiere algo, ¿es libre para no quererlo o rechazarlo y viceversa?, 218
Parte segunda. Sobre el concurso general de Dios
Disputa XXV. Sobre el concurso de Dios con las causas segundas en todas sus acciones y efectos, 223
Disputa XXVI. ¿Influye el concurso general de Dios sobre las causas de tal modo que éstas actúan tras ser movidas por Él o es un concurso inmediato a las causas que influye sobre sus efectos y acciones naturales?, 229
Disputa XXVII. Apéndice de la disputa anterior, 237
Disputa XXVIII. En la que se refutan otras objeciones contrarias a nuestra doctrina sobre el concurso general de Dios, 250
Disputa XXIX. Sobre el concurso general de Dios con el libre arbitrio en sus obras naturales, 254
Disputa XXX. En la que rechazamos el ejemplo con que algunos suelen explicar el modo de obrar de Dios por medio de su concurso general y presentamos el modo verdadero, 259
Disputa XXXI. En la que explicamos que Dios no es causa del pecado, sino tan sólo el libre arbitrio creado, 263
Disputa XXXII. En la que se expone la razón por la que no es Dios, sino únicamente el libre arbitrio creado, la causa del pecado, 268
Disputa XXXIII. En la que explicamos lo que hemos dicho hasta ahora y nos preguntamos si Dios debe considerarse autor de los actos de nuestro arbitrio y también causa del elemento material del pecado, 276
Disputa XXXIV. En la que se explican algunos testimonios de las Sagradas Escrituras que parecen dar a entender que Dios es causa del pecado, 287
Disputa XXXV. ¿Desaparecería la contingencia de las cosas, si Dios influyese por necesidad de naturaleza, junto con el libre arbitrio y otras causas segundas, sobre las obras naturales exactamente del mismo modo en que realmente y con libertad influye ahora?, 294
Parte tercera. Sobre los auxilios de la gracia
Disputa XXXVI. Sobre los múltiples auxilios particulares y cuáles de ellos se denominan en particular «auxilios de la gracia», 301
Disputa XXXVII. De qué modo concurre Dios con nuestro libre arbitrio en los actos sobrenaturales, 303
Disputa XXXVIII. En la que, como apéndice de las disputas anteriores, resolvemos algunas dudas a propósito de los actos de creer, de tener esperanzas, de amar, de arrepentirse y de otros actos sobrenaturales, 306
Disputa XXXIX. En la que ofrecemos una mayor explicación sobre los auxilios particulares de Dios y excluimos las opiniones de Soto y de Vega, 321
Disputa XL. Apéndice de la disputa anterior, en el que explicamos aún más esta cuestión, 326
Disputa XLI. En la que presentamos dos diferencias entre el concurso general con el libre arbitrio con vistas a los actos naturales y el auxilio de la gracia previniente con vistas a los actos sobrenaturales, así como una explicación más detallada de lo que hemos dicho, 342
Disputa XLII. Sobre las diferencias entre gracia previniente, operante, cooperante y subsecuente, 346
Disputa XLIII. Cuál es el parecer de San Juan Crisóstomo sobre la gracia previniente, 353
Disputa XLIV. ¿Puede percibirse el movimiento de la gracia por propia experiencia?, 355
Disputa XLV. En la que nos preguntamos si el entendimiento y la voluntad concurren de manera eficiente con los movimientos de la gracia previniente y, de igual modo, sobre el orden y el modo en que se generan, 360
Disputa XLVI. ¿Los actos de creer, de tener esperanzas, de amar y de arrepentirse emanan de modo eficiente de los hábitos teologales en el instante último en que disponen para estos hábitos? Además, ¿qué es la justificación?, 369
Parte cuarta. Sobre la presciencia de Dios
Disputa XLVII. Sobre la raíz de la contingencia, 389
Disputa XLVIII. ¿Todo lo que ha existido, existe y existirá en el tiempo está presente para Dios en la eternidad según su propia existencia?, 396
Disputa XLIX. ¿Conoce Dios con certeza las cosas futuras contingentes porque se encuentran presentes para Él según su existencia y, gracias a ello, su contingencia se puede conciliar bien con la presciencia divina?, 405
Disputa L. En la que examinamos las opiniones de Escoto y de Durando y nos preguntamos si Dios conoce con certeza las cosas futuras por medio de ideas, 419
Disputa LI. ¿Se puede conciliar bien la libertad de arbitrio y la contingencia de las cosas con la presciencia divina del siguiente modo, a saber: suceda lo que suceda en virtud de la libertad de arbitrio, Dios hará que Él mismo desde su eternidad no haya sabido otra cosa que ésta?, 429
Disputa LII. ¿Hay en Dios ciencia de los futuros contingentes? Asimismo, ¿cómo concuerdan con ella la libertad de arbitrio y la contingencia de las cosas?, 443
Disputa LIII. Sobre las predefiniciones y el origen de la certeza de la ciencia divina acerca de los futuros contingentes, 467
Miembro I. Parecer de otros autores sobre estas dos cuestiones, 467
Miembro II. En el que impugnamos el parecer anterior, 479
Miembro III. Hasta qué punto son admisibles las predefiniciones, 500
Miembro IV. En el que refutamos otras objeciones, 511
Sobre la impecabilidad y la libertad de Cristo, 521
Parte quinta. Sobre la voluntad de Dios. Comentarios al artículo 6 de la cuestión 19
Disputa I. Sobre las distintas explicaciones del pasaje de I Timoteo, II, 4: «Dios quiere que todos los hombres se salven», 527
Disputa II. ¿Se cumple siempre la voluntad de Dios?, 543
Disputa III. En la que explicamos que Dios no es causa del pecado, ni siquiera entendido en sentido material, 548
Parte sexta. Sobre la providencia de Dios. Comentarios a la cuestión 22 sobre la providencia
Artículo I, 559
Disputa I. En la que disputamos qué es la providencia y si Dios la posee, 559
Disputa II. ¿Alcanzan siempre las cosas el fin al que la providencia divina las ordena?, 561
Artículo II. ¿Está todo sujeto a la providencia divina?, 574
Artículo III. ¿Provee Dios todas las cosas con inmediatez?, 576
Artículo IV. ¿Impone la providencia divina una necesidad a las cosas provistas?, 576
Parte séptima. Sobre la predestinación y la reprobación. Comentarios a la cuestión 23 sobre la predestinación
Artículos I y II, 587
Disputa I. ¿Qué es la predestinación?, 587
Disputa II. ¿Es la predestinación sobre todo un acto del entendimiento o de la voluntad?, 591
Disputa III. ¿Qué se entiende bajo el sintagma «efectos de la predestinación»?, 597
Artículo III. ¿Qué es la reprobación?, 599
Artículos IV y V, 607
Disputa I. ¿Es el predestinado causa de la predestinación?, 607
Miembro I. En el que explicamos el sentido de la cuestión, 607
Miembro II. Sobre los errores de los luteranos, de Orígenes y de Pelagio. La previsión de la fe no es razón de la justificación y de la predestinación, 608
Miembro III. En el que examinamos el parecer de Ambrosio Catarino, 611
Miembro IV. En el que examinamos el parecer de quienes afirman que la previsión del buen uso del libre arbitrio, en tanto que antecede, al menos por prioridad de naturaleza, a la primera gracia justificante, es la razón de la predestinación de los adultos, 615
Miembro V. ¿Es la previsión del buen uso del libre arbitrio que sigue a la gracia justificante la razón de la predestinación de los adultos? Asimismo, explicaremos qué debemos pensar sobre aquellos que no llegan al uso de razón, 625
Miembro VI. Parecer de Santo Tomás sobre la predestinación, que es el más común entre los escolásticos, 627
Miembro VII. ¿Determina Dios el asentimiento o disentimiento de nuestra voluntad? Apéndice del miembro anterior, 646
Miembro VIII. En el que se considera el proceso que, según algunos imaginan, Dios sigue con los hombres a predestinar y a reprobar; y en el que también nos preguntamos si a la predestinación le antecede la previsión de los pecados o alguna elección, 656
Apéndice del miembro VIII, 673
Miembro IX. En qué medida el efecto de la predestinación depende del libre arbitrio del adulto, 678
Miembro X. Apéndice del anterior, 687
Miembro XI. Parecer del autor sobre la predestinación, 692
Miembro XII. Apéndice del anterior, 721
Miembro XIII. Epílogo en el que se explica con mayor claridad el parecer del autor, 735
Miembro XIV. En el que se enseña cómo conciliar algunos pasajes de los Padres y cómo explicar los pasajes de las Sagradas Escrituras que hablan de la predestinación y en el que se explica todavía más el parecer del autor, 742
Disputa II. ¿Fue Cristo por sus méritos la causa de nuestra predestinación?, 749
Disputa III. ¿Qué gracia previniente puede decirse en términos absolutos que es mayor: la concedida a Lucifer o al menor de entre los ángeles predestinados?, 758
Disputa IV. ¿Es el réprobo la causa de su reprobación?, 763