Escuela de Filosofía de Oviedo
Carmen Baños
La antropología social de Evans-Pritchard desde una prisma filosófico
27 octubre 2014
Hace un año ofrecía Carmen Baños Pino en la Escuela de Filosofía de Oviedo una lección titulada «La antropología social de Evans-Pritchard desde una perspectiva gnoseológica», que ahora completa con otra exposición dedicada al antropólogo británico, que lleva como título el del libro que acaba de publicar: La antropología social de E. E. Evans-Pritchard desde un prisma filosófico (Pentalfa, Oviedo 2014, 361 páginas), reelaboración de su tesis doctoral, defendida ya hace veinte años, en junio de 1993, bajo la dirección de Gustavo Bueno. Con esta lección, coincidente con la aparición del libro mencionado, cierra Carmen Baños el ciclo de su interés por la obra de Sir Edward Evan Evans-Pritchard (1902-1973).
Carmen Baños Pino (Gijón 1959), doctora en filosofía, es profesora de filosofía en el IES Roces, de Gijón. Ha publicado en El Basilisco y en El Catoblepas.
Vídeo de la lección de Carmen Baños, La antropología social de Evans-Pritchard (1 h 54 m)
Oviedo, lunes 27 de octubre de 2014
Semblanza de Evans-Pritchard (Oviedo10.es)
Semblanza de Evans-Pritchard
Sir Edward Evan Evans-Pritchard es un clásico de la antropología social británica, cuya biografía intelectual es paralela al propio establecimiento de esa disciplina. Evans-Pritchard nació en Crowborough, Sussex, Inglaterra, el 21 de septiembre de 1902. Estudió historia en el Exeter College de Oxford donde tuvo ocasión de conocer a personalidades como el Dr. Marett y el arqueólogo Francis Turville-Petre. Ellos fueron los que, junto a la lectura de sugerentes libros del estilo de la Cultura Primitiva de Tylor y la Rama Dorada de Frazer, influirán decisivamente en su gusto por la antropología.
En Londres, junto con Raymond Firth, es uno de los primeros alumnos de Malinowski en la London School of Economics, donde en 1927 obtiene su doctorado basado en sus tres primeros meses de trabajo de campo entre los azande, un pueblo de la vertiente del Nilo-Congo. La tesis trataba de la organización social zande, y su relación con las creencias y prácticas de brujería, magia, adivinación y hechicería. Fueron los preliminares para la famosa monografía que se publicará en 1937 con el título Brujería, Magia y Oráculos entre los Azande.
Continuando los estudios de campo que había emprendido Charles Seligman, junto a su esposa Brenda, para la administración de Sudán, Evans-Pritchard inició el primer trabajo de campo intensivo en África. Lo realizó en tres etapas, entre 1926 y 1930, contabilizando una estancia total de unos veinte meses. Las expediciones fueron sufragadas por el gobierno del Sudán anglo-egipcio con fondos suplementarios de la Royal Society.
En 1930, por requerimiento urgente del gobierno sudanés, que le llamó para que realizara un informe sobre la indomable tribu nilótica de los nuer, enfrentada a la autoridad colonial británica, comenzó su investigación sobre este pueblo, del que años más tarde saldrá la trilogía: Los Nuer (1940); Parentesco y matrimonio entre los Nuer (1951) y La religión Nuer (1956).
El papel que los antropólogos desempeñaron durante la época del imperialismo británico en África no sólo facilitó la empresa colonial, que se enfrentaba a extrañas e incomprensibles costumbres, de mantener el control y la administración pública en los pueblos que estudiaban, sino que también fue clave para que los ingleses pudieran desarrollar estrategias militares y organizativas más ventajosas frente a las de otras potencias europeas que se disputaban las colonias. Con este interés se financiaron las primeras investigaciones antropológicas y se crearon instituciones como el International African Institute (fundado en Londres, en 1926, para el estudio de las lenguas africanas) que acogieron no sólo a antropólogos sociales sino a las demás ciencias humanas.
Evans-Pritchard, aunque en un principio se mostró favorable a que los antropólogos participaran como expertos y consejeros de pleno derecho en el «interior del aparato burocrático», más tarde se mostrará mucho más reservado, y ya en las obras teóricas de los años sesenta, víctima quizás del complejo etnocéntrico, eludirá el vínculo entre antropología social y colonialismo.
Durante la Segunda Guerra Mundial estudió a los sanusi de Cyrenaica y recogió valiosos datos etnográficos de tribus sudanesas, etíopes y kenianas. Al terminar la guerra fue nombrado Reader en Cambridge (1945) y desde 1946 sucedió a Radcliffe-Brown como profesor de antropología social en Oxford. Murió el 11 de septiembre de 1973.
Tras el fin del colonialismo las obras etnográficas de Evans-Pritchard han servido de modelo para estudios de sociedades africanas, impulsados sobre todo, por tendencias ideológicas próximas a opciones marxistas, como la «liberación del género humano» que proponían antropólogos como Maurice Godelier o Claude Meillassoux.
Por otra parte, sus monografías han inspirado estudios sociales en pueblos mediterráneos. En este sentido, cabe subrayar la relación que Evans-Pritchard mantuvo con etnólogos, historiadores y folkloristas españoles, a través de discípulos suyos que alentados por él realizaron trabajos de campo en España. Fue el caso de Julián Pitt-Rivers, que hizo un estudio sobre Grazalema, en la Serranía de Cádiz, y de Michael Kenny, que en 1961 publica A Spanish Trapestry. Town and Country in Castile. Estos dos trabajos fueron dirigidos por el propio Evans-Pritchard, quien también es autor de los respectivos prólogos.
La amistad que Pitt-Rivers mantuvo con Julio Caro Baroja, puso a éste en contacto directo con Evans-Pritchard, cuya influencia se aprecia en los artículos que Caro Baroja publicó durante la década de los años cincuenta. Por la misma época, Carmelo Lisón Tolosana se traslada a Oxford para estudiar con Evans-Pritchard y Godfrey Lienhardt. Dirigido por Evans-Pritchard, Carmelo Lisón, entre 1958 y 1960, llevó a cabo su tesis doctoral con un trabajo sobre Belmonte de los Caballeros, una comunidad del Bajo Aragón, en el que él quiso mostrar la evolución histórica de la comunidad analizando rasgos como la propiedad de la tierra, la estratificación social, la familia, los valores morales, &c. También José Antonio Jaúregui Oroquieta, muy conocido por la serie documental en Televisión Española, Las reglas del juego, estudió en el círculo de Evans-Pritchard. Él fue quien le dirigió la tesis doctoral presentada en Oxford con el título Simbología del mundo del Toreo.
A través de estos autores la influencia de Evans-Pritchard y el auge de la antropología en España se dejó notar en el ámbito universitario con la creación de Cátedras y Departamentos de Antropología Social. Las obras más representativas de Evans-Pritchard fueron, ya a partir de 1957, traducidas al español.
La antropología social de Evans-Pritchard reviste especial interés para la perspectiva filosófica. Su extensísima producción bibliográfica, más de 350 escritos, aunque gira sobre asuntos antropológicos, no tiene una unidad homogénea. Al lado de sus monografías de trabajo de campo sobre las culturas africanas por él estudiadas, un amplio número de artículos, conferencias y ensayos se ocupan de cuestiones que rebasan los límites de la propia disciplina antropológica, pues tratan de cuestiones «metacientíficas» en las que Evans-Pritchard expone sus «reflexiones» acerca de la cientificidad de la antropología; acerca de la relación que la antropología tiene con las demás ciencias humanas; acerca de la metodología que debe ser usada; acerca de las relaciones entre «cultura» y «sociedad»; entre «estructura» y «función»... En fin, aunque de un modo muy confuso trata de una serie de asuntos que son ya «reflexiones de segundo grado» sobre la propia antropología social. Y esta es justamente la perspectiva filosófica acerca de la ciencia, el terreno propio de un Teoría de la Ciencia.
Es desde esa perspectiva filosófica, desde la que cabe organizar la extensa producción bibliográfica de Evans-Pritchard, en un estudio no meramente filológico, sino capaz de abordar a la vez, de una manera sistemática, el entramado de la antropología social de Evans-Pritchard, que además permita articular el doble plano en el que esta se mueve: el «plano del ejercicio» y el «plano de la representación».