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José González Tejada, Historia de Santo Domingo de la Calzada, Abrahán de la Rioja (1702)

 

Al Eminentísimo Señor, el Señor Cardenal D. Luis Manuel Portocarrero, Arzobispo de Toledo, Primado de las Españas, Gobernador de los dominios españoles, Canciller mayor de Castilla, del Consejo de Estado de su Majestad, &c.

Emmo. Señor.

De la yedra, esperanzada siempre, como siempre verde, dice la erudición, que no pudiendo por sí mantenerse, trepa necesitada, o por el Muro fuerte, o por el frondoso Árbol, solicitando patrocinio sus hojas; Est haedera (dijo Calepino) (A) perpetuo virens, quae cum per se stare, non possit, arboribus, & muris adhaeret. [vi] Y añade Dionisio Casio, que lo ejecuta con mil pies, y mil manos. (B)

Mille pedes quaerit, nectere, mille manus.

Idea la más propia de las humildes hojas de esta Historia de Santo Domingo de la Calzada, parto informe de mi ruda mente, que necesitadas de patrocinio, anhelan con mil ansias a lograrle en la soberana benignidad de V. Eminencia.

Muro se llama la fuerte lapídea circunferencia de una Ciudad, con que la Ciudad se guarda, y defiende: Murus (dijo Laureto) a muniendo dictus, proprie est lapideus, ambitus urbem cingens, & protegens. (C) Ciudad Santa, que bajó del Cielo, llamó San Juan a la Iglesia Católica Romana. (D) Vidi Civitatem Sanctam Ierusalem, novam descendentem de Caelo a Deo, de quien es puerta nuestro muy Santo Padre, y quicio de ella los Eminentísimo Señores Cardenales, como lo manifiesta el Nombre CARDO, que es su lustrosísimo Renombre. Y V. Eminencia es también el fuerte Muro de esta Santa Mística Ciudad de Dios. Significa el Muro la constancia, y fortaleza, en sentir de Laureto: (E) Potest Murus significare constantiam, como también al Varón Fuerte: Murus adamantinus est vir fortis: y al Eclesiástico perfecto Muro de la Iglesia le llama: Muri Sion, hoc est Ecclesia Dei, dici possunt viri Ecclesiastici, & praecipue perfecti: que por eso a los defensores de la Sagrada Historia titulo de Muros. (F) Homines isti boni pro muro erant nobis. Y es V. Eminencia el fortísimo Muro de la Iglesia Católica, de la dilatada Monarquía de las Españas (continuadas experiencias de esta verdad se han visto en estos tiempos) y de su grande Arzobispado: Ya se atienda su Sagrada [vii] Persona con la Sacra Purpura: ya Embajador de nuestro Rey Católico en Roma: ya Virrey acertadísimo, y Capitán General en Sicilia: ya del Consejo de Estado de su Majestad: ya Gobernador de los Dominios de España: y ya vigilantísimo Arzobispo de Toledo. Todo Fortaleza, Constancia todo, y todo Muro Eminentísimo, inexpugnable.

Árboles, que andan, llamo Cristo a los hombres, en pluma de San Marcos, (G) Video homines, velut arbores, ambulantes. También la erudición profana lo enseña, diciendo, que la cabeza es la raíz, tronco el cuerpo, y ramas los brazos, y las piernas. Por eso le llaman Árbol al revés: Arbor inversa, por la positura de sus miembros, en que la raíz es lo superior, y los ramos lo bajo. ¿Pero qué Árbol racional diré que es V. Eminencia? Diré Palma, y ofrecióseme, para tan ajustado Jeroglífico, este Árbol el primero, por ser la gran Casa de V. Eminencia la de Palma, que con el Apellido elevadísimo de PORTOCARRERO, se ilustra con el excelso de BOCA-NEGRA. De la Palma dicen los Naturales, con Laureto: (H) Palma saepe pro fortitudine sumitur, quia resistit ponderi, & peculiariter designat victoriam. Significa la mayor fortaleza, porque resiste con valor el grave peso, y es gloriosa insignia de la victoria. Sus ramos en forma de espada son Jeroglífico de la Justicia: Spatula dicitur ramus, vel folium Palmae. (I) Designat opera iusticiae. Es imagen expresa del hombre, porque son sus ramos en forma de dedos extendidos, teniéndola también sus dátiles, que son su fruto, el cual es de grande alimento: (L) Palma satis expraessum, animalis simulacrum [viii] tenet, eo quod ramos, in digitorum modum protendos, & fructud, quasi in digitorum figuram, formatos, unde dactiles, hoc est digiti, vocantur Pulpa quoque ipsorum fructuum caro nuncupatur, summae nutritionis. ¿Qué de victorias han conseguido de los Enemigos los muchos Capitanes Generales, dueños, y hijos de la Casa de Palma? ¿Qué peso de Gobiernos acertadísimos no han sustentado sobre su grande fortaleza? ¡Que rectitud en la Justicia, sin malquistarla con la gracia propia de sus generosos corazones! Pero todo se recopila en V. Eminencia; cuyos gigantes hombros; cuya grande fortaleza el peso sustentan de dos Mundos; cuyas liberales manos abiertas, y extendidas están siempre para el socorro, y la beneficencia; de cuya rectitud justificada, son imagen las hojas de la Palma, que le ofrecen palmas inmortales. Claman esta verdad Roma en su Embajada, y logro de su Púrpura, Sicilia en su Virreinato; España, que le aplaude su Gobernador, y le logra Consejero de Estado, y Canciller Mayor de Castilla; su Santa Iglesia Primada, y todo su Arzobispado de Toledo, y las Iglesias todas Españolas, que reverentes veneran tal Primado.

Del Cedro se asienta, que es árbol incorruptible, odorífero, de provechosa sombra, inflexible, y muy a propósito para los grandes Edificios, y que arde como hacha encendida: Cedrus est arbol insignis, imputribilis, odorífera, bonam praebens umbram, inflexibilis, & edificiis apta, & ardet, ut facula. (M) Y es Cedro racionsl V. Eminencia, por lo insigne, por lo permanente en lo mejor, por el suave olor de perfectas virtudes, por la benévola sombra, que [ix] hallan todos en su magnificencia, inflexible en lo justo, y que tanto edifica con su ejemplo, como con su Magnanimidad, iluminando sus Luces a todos. Nacen los mejores Cedros en el Monte Líbano: (N) Nascitur plurima in Monte Libano; y siendo este Monte de los más altos, en la tierra, siempre cubierto con purísima cándida nieve: (O) Libanus est mons altissimus Phaenicis in Siria. Habet nomen, a nivium albore, estque insignis, abundancia Cedrorum, quae inde mittebat Rex Iram, ad Salomonem, ad Templi constitutionem. Imagen la más propia de la Real Casa de BOCA-NEGRA, no sólo por su elevación suma, sino también por la nívea pureza de su antiquísima Calidad. ¡Oh si el arbitrio pudiera explicar antigüedad tan sumamente Noble! En tan alto Monte se crió el señor Don Egidio Boca-Negra, Octavo abuelo de V. Eminencia, Almirante de Francia, Almirante Mayor de la Mar en España, Conquistador de Algeciras, Señor Primero de Palma, y hermano del señor Simón, Duque Perpetuo de Génova. Fue segundo abuelo el señor Don Egidio del señor Don Martín Fernández Portocarrero, Sexto Señor de Palma, que por la gran Casa de Moguer, que le tocó por su madre la señora Doña Francisca Portocarrero, hija del señor Don Martín Fernández Portocarrero, Señor de Moguer, y Villa-Nueva del Fresno, tomó por condición expresa del Mayorazgo el Apellido de PORTO-CARRERO de su madre, que se ha conservado en sus descendientes, y en la señora Doña María de Velasco su mujer, hija del Señor de Siruela, tuvo por hijo al señor Don Luis Portocarrero, Séptimo Señor de Palma, que casó con la señora Doña Francisca Manrique de Lara, hija del señor Don Fadrique Manrique de Lara y Castilla, [x] Señor de Hito, y Baños, y de la señora Doña Beatriz de Figueroa, Señora de la Casa-Fuerte de Rebolledo, y fueron padres del señor Don Luis Portocarrero, Primer Conde de Palma, Señor de Almenara, Fuente el Álamo, y la Monclova, Corregidor de Toledo, y Comendador de Azuaga, en la Orden de Santiago, que casó con la señora Doña Leonor de la Vega y Girón, hija del señor Don Juan Tellez Girón, Conde de Urueña, y de la señora Doña Leonor de la Vega y Velasco, de quienes fue biznieto (dejo otros Ascendientes Ilustrísimos, por no cansar) el señor Don Luis Andrés Fernández Portocarrero, Marqués de Almenara, Primógenito del señor D. Luis Antonio Fernández Portocarrero, Tercer Conde de Palma, Marqués de Almenara, Capitán General de la Caballería de Milán, y Gentil-Hombre de la Cámara del señor Rey de España Don Felipe Cuarto, el cual no llegó a ser Conde de Palma, por haber muerto antes que el señor Conde su padre, y de la señora Doña Leonor de Guzmán, hija del señor Don Luis de Guzmán, Marqués de la Algava: fueron hijos V. Eminencia, y el señor Don Fernando Luis Portocarrero Mendoza y Luna, Cuarto Conde de Palma, Marqués de Montes-Claros, Almenara, y Castil de Bayuela, que de la señora Condesa su mujer Doña Antonia Moscoso, hija del Excelentísimo señor Don Lope Hurtado de Mendoza, Marqués de Almazán, y Conde de Altamira, tuvo por hijo al Excelentísimo señor Don Luis Antonio Tomás Portocarrero y Luna, que hoy es Quinto Conde de Palma, Grande de España, Gentil-Hombre de la Cámara de su Majestad, de su Consejo de Guerra, General que fue de la Costa de Granada, General de la Caballería en Cataluña, Gobernador, Virrey, y Capitán General [xi] del Reino de Galicia, y hoy Virrey, y Capitán General del Principado de Cataluña, que en la Excelentísima señora Doña María Leonor de Moscoso su mujer, hija del Excelentísimo señor Conde de Altamira, tiene por hijos al Excelentísimo señor Don Joaquín Portocarrero, Marqués de Almenara, su Primogénito, y a los Señores Don José Antonio Portocarrero, Arcediano de Toledo, y Canónigo en la Santa Iglesia Primada Don Gaspar Portocarrero, Dean, y Canónigo de dicha Santa Iglesia, y Don Agustín Portocarrero. De este superior Monte Líbano es V. Eminencia elevadísimo Cedro, enviado por el Divino Hacedor, para la mejor fábrica de su Iglesia.

La Oliva, todo caridad, y beneficencia: el Plátano, favores todo para las plantas, que a su sombra viven debajo de sus extendidas ramas, y otros muchos celebrados Árboles, reconocen ventajas muchas en V. Eminencia, en quien el Divino Poder, el resto parece que echo de sus esmeros.

A tan fuerte Muro, pues, a tan elevado eminentísimo Árbol, a los pies de V. Eminencia llegan reverentes las hojas de este Libro, y su Autor llega repitiendo con el príncipe de la Poesía. (P)

Ad te confugio, & supplex, tua numina posco.

Trepando, como yedra, con mil pies, y mil manos, con repetidísimas ansias por llegar a las almenas, a las ramas, a las manos Eminentísimas del Mecenas, que buscan para su dichoso Patrocinio, seguro así de la común aceptación con la manifestación al primer folio del célebre amabilísimo nombre de V. Eminencia.

De aquel gran Rey Dionisio, refiere Pierio Valeriano, (Q) que que después de repetidas hazañas, [xii] gustó de plantar por su mano en un jardín de la Ciudad Indiana de Nisa, una yedra, y dice lo hizo para eterna memoria de su nombre: Dionisius, Nisa urbe, a se posita in extremis, fere India haederam, quam sevit eternum nominis sui monumentum esse volvit. ¡Qué discreto! No ilustran menos, que las proezas grandes, los favores hechos al humilde. Han plantado las generosas manos de V. Eminencia en su Santa Iglesia Primada, Jardín el más ameno, India la más rica, tantos nobilísimos hijos de las primeras Casas de España, tantos Catedráticos de las Universidades, tantos Colegiales Mayores, tantos Canónigos de otras Iglesias, tantos Doctos, tantos de virtud extremada, tantos ilustres Caballeros, y tantos en todo grandes, entre quienes (refiérelo con mucha confusión, si con el más rendido agradecimiento) se dignó V. Eminencia de que yo hiciese número. En qué Jardín el más bien compuesto, no se hallara una yerbecilla a quien su flor no la recabe a precios, ni estimación su fruto? Pero que tuvo la dicha de que se inclinase a favorecerla su dueño, tanto más acreedor a su inmortal fama, cuanto más inclina su Grandeza, honrando a tan humilde planta. Dios me guarde a V. Eminencia muchos años, como le ruego, y he menester. Toledo, y Julio 24 de 1701.

Eminentísimo Señor, mí Señor:

B. L. P. DE V. EM.

Su menor criado,

Doct. D. José González Tejada

(A) Ambr. Calep. verb. Haedera.

(B) Dion. Casio de Agricul. lib. 11, cap. 130.

(C) Laur. Aleg. verb. Murus.

(D) Apocal. 31.

(E) Laur. ubi supr.

(F) 1. Reg. 25, 15.

(G) Marc. 8, 24.

(H) Laur. Alegor. verb. Palma.

(I) Lauret. ubi supr.

(L) Lauret. ubi supr.

(M) Laur. Aleg. verb. Cedrus.

(N) Idem íbidem

(O) Idem íbidem

(P) Virgilio I. Aeneid.

(Q) Pier. Valer. fol. 498.

(José González Tejada, Historia de Santo Domingo de la Calzada, Abrahán de la Rioja, Madrid 1702, páginas [v-xii].)

 
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