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Teselas

Estructuras metafinitas

Gustavo Bueno reexpone el concepto de estructuras metafinitas, ya introducido por él en el año 1955.


Gustavo Bueno, Estructuras metafinitas

Tesela nº 31 (Oviedo, 6 de abril de 2010)

Transcripción GTGB ⋅ t031
Estructuras metafinitas
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Vamos a hablar hoy de las estructuras metafinitas. Estructuras metafinitas es el título de un artículo que apareció hace muchos años, me parece que fue el año 1955 y en donde se trataba de exponer una modulación de la idea de totalidad (todos y partes) en una situación muy especial{1}. Se llamaban “metafinitas”, porque se oponían a las totalidades finitas. Y las totalidades finitas se sobreentendían definidas como una pluralidad de elementos, de términos, de partes, que de algún modo se ajustaban al principio de desigualdad, es decir, el todo es mayor que la parte, el todo era uno por ejemplo, las partes eran múltiples. Se ajustaban también al principio de las partes extra partes, cada parte era distinta de las otras, y en fin las totalidades finitas eran, al margen de las relaciones entre las partes diaméricas diríamos, pues también eran finitas en cuanto a su contorno, &c.

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Frente a este tipo de totalidades, las totalidades metafinitas aparecían sobre todo a partir de una circunstancia diríamos casi gramatical, que ahí se denominaban “universalidades semánticas” en donde las propiedades de alguna parte se aplicaban a las demás partes, fuera esto legítimo o ilegítimo, eso era independiente en principio. Por ejemplo, el famoso fragmento de Tales de Mileto “Todo es agua” ahí se ve claramente el problema de arranque, diríamos. Todo es agua, el agua es una parte del Universo, pero al decir todo es agua se quieren extender propiedades de esa parte, acaso la humedad, pero acaso el agua, a todas las demás partes, que es precisamente lo que le reprochó Aristóteles, es decir, ¿cómo una parte puede convertirse en el arjé de las demás? Es decir, que es una dificultad que ya fue vista por los antiguos, por el propio Aristóteles y otros. Y, entonces, este es el punto de arranque de la universalidad semántica. De manera que entonces, las estructuras metafinitas eran unas estructuras derivadas del hecho de aplicar, o de extender, de transferir, lo que es propio de una parte a todas las demás.

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Entonces, según esto y dándole ya una forma más o menos sistemática entendíamos por estructuras metafinitas aquellas que estaban reguladas por los siguientes principios. Primero un principio de aplicación de una parte a las demás partes y al todo; es decir, la identificación de una parte con todas las demás partes, de un todo, claro, previamente definido. Segunda ley, la aplicación de una parte a las otras partes. Y tercera ley, la aplicación e identificación del todo con cada una de las partes. De manera que este tipo de leyes definirían un tipo de totalidades que se llamaban precisamente metafinitas.

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Naturalmente el problema aquí implícito es que estas estructuras eran puros entes de razón, puras construcciones ideales, incluso mitológicas, por ejemplo en el sentido de Lévy-Bruhl de la mentalidad primitiva, propio de la mentalidad primitiva. O bien si eran estructuras lógicas o dialécticas, o como diríamos después noetológicas, si eran estructuras que eran efectivamente lógico-dialécticas, estructuras del pensamiento, para decirlo en otra distinción no solamente del ser, pero de un pensamiento que de algún modo expresaba –o pretendía expresar– realidades ontológicas; y en una palabra si las estructuras metafinitas tenían un valor ontológico, o eran meramente noetológicas{2}. Cualquiera que fuera la situación, el desarrollo de estas estructuras venía por las siguientes vías. Primera parte o primer aspecto, que las totalidades podían ser definidas de un modo connotativo, atributivo, diríamos después. Es decir, estas estructuras aparecerían principalmente en multitud de situaciones que tenían que ver sobre todo con los seres vivientes, con los organismos.

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Por ejemplo, para abreviar, la idea de totipotencia que se utiliza tanto tendría que ver con una estructura metafinita, cada célula es totipotente porque puede ser el todo. El segundo aspecto era el de totalidades porfirianas, la aplicación en estructuras metafinitas era sobre todo política, o histórica, por ejemplo el hecho de que a lo largo de la historia, formas del lenguaje, instituciones, &c., que aparecen en una parte se extienden a todo el resto de la humanidad. Y en el tercer aspecto las estructuras metafinitas se reconocían como estructuras conjuntuales y aquí el ejemplo obligado, partiendo de la paradoja de Galileo era lo que Cantor llamó las estructuras transfinitas; en el transfinito la parte es igual al todo, así define los transfinitos, el conjunto de los números pares es igual al conjunto de los números enteros, &c.

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Lo importante de este concepto, o de esta idea de las estructuras metafinitas era que recorriendo ahora la historia de la filosofía y de la ciencia la presencia de estructuras metafinitas era mucho más frecuente de lo que podría pensarse. En sistemas, tales como el sistema de Anaxágoras, la teoría de las homeomerías, las homeomerías se redefinen precisamente como estructuras metafinitas, y esto se analiza mucho más ampliamente. O bien en teorías tales como –aplicando ya el creacionismo– las estructuras de la Teología de la Trinidad donde las tres Personas son todos y uno, &c. Después la teoría por ejemplo, de Santo Tomás y de Fray Luis de León del entendimiento como una parte universal que se hace en todas las cosas. Teorías de Hegel, de Fichte, &c., de Leibniz anteriormente. Y multitud de ideas o teorías, pues recientemente de toda la Antropología, de la Biología, de Goodstein, &c., en una palabra, que un repaso o una reexposición de la historia de la ciencia, no solamente de la filosofía –y de la filosofía por supuesto– demostraba al parecer que el pensamiento metafinito, fuera real, fuera noetológico, era una referencia casi imprescindible para poder vincular multitud de sistemas y de formas de pensamiento o de concepciones del mundo que sin este concepto quedaban totalmente como miembros disyuntos.

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GTGB

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{1} Gustavo Bueno, “Las estructuras metafinitas”, en Revista de Filosofía del Instituto «Luis Vives», tomo XIV, núms. 53-54, págs. 223-291. C. S. I. C., Madrid 1955. Véase también: Gustavo Bueno, “Introducción a la Monadología de Leibniz”, en Leibniz, Monadología (edición trilingüe), Pentalfa (Clásicos El Basilisco), Oviedo 1981, págs. 11-47. Luis Carlos Martín Jiménez, “Influencia de Las estructuras metafinitas en el materialismo filosófico”, El Basilisco, número 41, 2009, páginas 49-80.

{2} Vid. Gustavo Bueno, “Noetología”, Tesela número 33.

Las estructuras 'metafinitas' (Revista de Filosofía, 1955)