Proyecto Filosofía en español Hemeroteca
 

El Mundo [mundolibro]
Madrid, miércoles 19 de mayo de 2004
Encuentros digitales
 

Gustavo Bueno

Parece que la obra de Gustavo Bueno continúa creciendo a buen ritmo. Más o menos, dos o tres libros al año es la media de este polémico filósofo. Ahora llega a las librerías La vuelta a la caverna. Terrorismo, guerra y globalización (Ediciones B). Sobre él charla el filósofo con los internautas.

Gustavo Bueno 1. Estimado maestro, ¿qué ve el ser humano una vez que sus ojos se acostumbran a la luz para que decida volver a la caverna? ¿Es que acaso no llega a haber contemplación de la verdad absoluta para que elija volver al mundo de las sombras? ¿Quién se queda fuera de la caverna: Alemania, USA, España, Israel o la llamada Palestina?

Seguramente no se han acostumbrado realmente a la luz y por eso no vuelve de verdad a la caverna sino que sigue en ella. En todo caso, también tiene ventajas con seguir en la caverna, cuando además tiene circunstancias favorables. Quizás España está hoy más metida en la caverna de lo que pueda estarlo Alemania.

2. ¿Cuál es en su opinión el pensador más influyente de los tres últimos siglos?

Probablemente Hegel.

3. Se pregunta usted: «Paz ¿para qué?» Yo le pregunto: Su libro ¿para qué?

Principalmente, quisiera servir para atenuar el simplismo de la mayor parte de la gente; otra cosa es que yo no tenga grandes esperanzas de conseguirlo.

4. ¿Cuál es su mayor preocupación actualmente y qué líneas de pensamiento propone Vd.?

En este momento estoy metido en cuestiones que tiene que ver con las ciencias biológicas y particularmente con la relación entre la biología y las ciencias fisicoquímicas. Todo esto en función del tomo sexto de la teoría del cierre categorial.

5. ¿Tiene sentido, hoy día, la palabra «inmoral»?, ¿Quién es un inmoral?, ¿Existe una moral concreta que sirve de pauta para medir la inmoralidad de los comportamientos?

Según las definiciones que utilizamos en el materialismo filosófico, la ética es universal, pero la moral es propia de cada grupo social humano, por consiguiente, las normas morales, sólo en parte son comunes, pero en otra parte son incompatibles entre sí.

6. ¿Polémico usted, señor Bueno? Por Dios. O por lo que haga falta.

Por lo que haga falta; para polemizar hace falta un antagonista: No se puede polemizar con el vacío. Por tanto, polemizar, equivale, en mi caso al menos, no tanto a provocar la polémica sino a no rehuirla.

7. Hace meses que no paso la censura del controlador de estas preguntas. A ver si hoy me dejan preguntarle por el anacronismo de la monarquía. Lo Bueno si breve, dos veces Bueno.

Anacronismo tiene dos sentidos: un sentido abstracto y uno concreto. En sentido concreto, lo que sigue vivo en el presente, se puede llamar de muchas maneras, pero no anacrónico. En sentido abstracto, es anacrónico todo lo que nos resulta superfluo y al mismo tiempo es común con otras superfluidades del pretérito.

8. Buenas tardes, Sr. Bueno. Ojeando otros de sus libros veo que habla repetidamente de moral y ética pero no las define –al menos, yo no lo he visto– ¿Podría hacerlo ahora? Muchas gracias y un saludo.

Le remito a mi libro, transcrito en internet, sobre bioética.

9. De la caverna a la aldea, de la aldea al pueblo, del pueblo a la ciudad, luego de la ciudad al país. No le parece que lo que se llama globalización es sólo una manifestación de la lógica evolución social? Nos guste o no, por supuesto. Saludos.

Si usted llama a eso globalización puede entenderse así si le parece. Pero en el sentido en el que hoy se discute, sobre todo a partir de la caída de la Unión Soviética, es otra cosa, muy oscura y confusa desde luego, que se trata de aclarar y distinguir.

10. Hace tiempo que los «filósofos naturales» van encontrando soluciones y modelos que interpretan de manera más óptima los fenómenos asociados a la «Naturaleza». ¿Por qué desde los griegos, los filósofos «sociales», no sois capaces de proponer modelos de organización político-sociales que funcionen en vez de hacer interpretaciones «proféticas» a posteriori?

No veo nada clara la distinción entre fenómenos naturales y sociales. La Naturaleza es un mito; y no creo en modo alguno que ni los filósofos ni los científicos naturales, ofrezcan modelos de interpretación de la Naturaleza; lo que sí logran es encontrar modelos de manipulación de una gran importancia pragmática.

11. ¿Piensa usted que nos merecemos lo que tenemos porque no llegamos a un mínimo de «dignidad» intelectual? Me refiero a la televisión, la cultura, las bodas reales, el fútbol, nuestros gobernantes. Gracias Gustavo y no cambie nunca.

La dificultad está en el significado de la palabra «merecemos», que alcanza su sentido pleno en un marco jurídico, militar o religioso. Pero fuera de este marco, me parece que la disyuntiva entre merecer y no merecer es muy superficial.

12. ¿Es la guerra connatural a la esencia humana? ¿Mientras haya desigualdad habrá guerra? ¿Augura usted una nueva crisis económica como la del 73 según se están desarrollando los acontecimientos?

Como no hay Naturaleza humana, fuera de la historia y de la política, no me atrevería a decir que la guerra es consustancial. Tampoco la guerra se deriva analíticamente de la estructura de cada sociedad política, y en ese sentido, la guerra es contingente respecto de esa sociedad; pero como cada sociedad política está siempre en interacción con otras, la guerra puede ser un efecto sintético de esa interacción, que se desencadenará o no según las circunstancias y con diverso grado de probabilidad en cada momento: Ninguna sociedad política busca la guerra, pero sí la encuentra muchas veces.

13. Sr. Bueno: ¿Qué es la educación en valores? ¿A qué valores hace referencia quien utiliza esa expresión?

La pregunta es muy importante porque por la experiencia que tengo sobe el asunto, quienes utilizan esta expresión no suelen nombrar los valores de referencia. Suelen citarse valores como la Solidaridad, Libertad, Tolerancia, Educación... pero ni la Solidaridad, ni la Tolerancia, &c., pueden considerarse valores por sí mismos. Un plan de educación, aunque esté acompañado de un presupuesto muy importante, no constituye por sí mismo un valor, si por ejemplo la educación se considera como educación en alguna de las ikastolas, orientas a educar a sus alumnos en la mentira histórica más descarada. Lo mismo ocurre con la solidaridad: ¿Se trata de la solidaridad de los obreros entre sí? ¿O la de los patronos entre sí? ¿Se trata de la solidaridad con los póngidos?

14. Profesor Gustavo Bueno, ¿cree que la capacidad de reflexión del «hombre de la calle» ha disminuido con el avance del capitalismo y la simplificación del acceso a un tipo de información segmentarizada que proporcionan los mass media en las sociedades occidentales?

Sí lo creo

15. Todo el mundo otorga a la ONU autoridad moral para decidir sobre lo humano y sobre lo divino. ¿Considera usted legítimas las disposiciones de una organización aristocrática como la ONU? Y aún en el caso de que ésta tuviera un funcionamiento realmente representativo ¿Tiene sentido una ONU sin la posibilidad de actuar de manera coercitiva?

La ONU es un club, efectivamente aristocrático (el derecho de veto lo demuestra) y su carácter democrático es mera propaganda (no puede valer lo mismo un voto de un Estado de 1.300 millones de ciudadanos que el de otro Estado de 20.000 ciudadanos). La autoridad moral de la ONU es una ficción diplomática y un postulado de los profesores de derecho Internacional, algo así como lo era el flogisto para los químicos del siglo XVIII.

16. ¿Le parece plausible la hipótesis de que desde los gobiernos más poderosos de la Tierra se esté exagerando el impacto de las acciones terroristas en aras de una mayor vigilancia y control de los ciudadanos? Un abrazo maestro.

No podría descartarse a priori esta hipótesis, pero habría que investigarla en todos los casos concretos que fuera posible.

17. Sr. Bueno. ¿Considera posible que algún día se llegue a la conciliación religiosa entre oriente y occidente, principalmente entre el Islamismo y el Cristianismo? ¿Sería la base de un futuro sin guerra y terrorismo? JV, Valencia.

Me parece que la reconciliación entre cristianos y musulmanes sólo es posible en tres hipótesis: primera, que los cristianos se hagan musulmanes; segunda, que los musulmanes se hagan cristianos; y tercera, que ambos se vuelvan ateos. Las contradicciones, no ya coyunturales, sino dogmáticas entre ambos, son demasiado profundas como para poder darlas por zanjadas.

18. Hace pocos días Michel Houellebecq decía en las páginas de este periódico que estaba a favor de la guerra contra los representantes del nihilismo, que son los integristas musulmanes. ¿Está usted de acuerdo?

Yo no creo que la guerra de haga contra el nihilismo, sino contra determinadas organizaciones sociales que tengan una vinculación más o menos inmediata con un Estado.

19. Encantado de poder enviarle esta pregunta. Me llamo Jorge, 31 años, soy argentino, residente en Madrid desde hace tres años, y por lo que he leído del anticipo de su próximo libro y como asistente que he sido a esas manifestaciones por la paz del año pasado de la que Ud. habla, le digo y pregunto esto: «Acaso no cree Ud. que si resignamos a esa utopía de la paz, estamos resignando a la condición misma de ser humanos, y pasaríamos a ser seres sin mas?» Esto es todo, un saludo grande y enhorabuena por intentar crear una sociedad mejor a su manera.

Yo no creo que la paz sea una idea utópica; simplemente no es una idea, sino diferentes ideas incompatibles entre sí. Según esto, quien pide la paz en abstracto, no pide utopías, sino que él no sabe lo que pide, o por lo menos no lo sabemos los demás.

20. ¿Cree que las matemáticas existen per se o bien no tiene sentido sino es como apoyo a la física y otras ramas?, en otras palabras, ¿Hay existencia propia o sólo interconexión que legitima esa existencia?. Mil gracias.

Desde la perspectiva de la teoría del cierre categorial, las matemáticas existen independientemente de la física, aún cuando estén involucradas con ella. Pero las matemáticas se distinguen de la física, principalmente porque la física se ocupa de movimientos o de relaciones entre ellos (por ejemplo, la relación de reposo) y de movimientos que no segregan el tiempo; mientras que las matemáticas, también tratan con movimientos (por ejemplo, desplazamientos) pero segregando el tiempo.

21. Ayer le escuché en la radio y me impactaron mucho sus opiniones. Me gustaría saber su opinión sobre la política exterior del gobierno anterior (PP) y también me gustaría saber qué le parece lo que Sharon esta haciendo con los palestinos.

Un juicio sobre la política del gobierno anterior, sólo podrá ser formulado cuando tengamos, como elementos de juicio, la política del gobierno posterior: la política de un gobierno, en tanto pertenece a la esfera de la prudencia, no se mide sólo por sus principios, sino también por sus consecuencias, sus resultados. En cuanto a la segunda pregunta, habría que empezar preguntando por lo que me parece que los palestinos hacen con los judíos.

22. Profesor Bueno. Al referirse a la caverna, ¿esta usted hablando al viejo tópico de la caverna de Platón? ¿Volvemos a ese discurso platoniano? Gracias. Javier.

La referencia a Platón es evidente, pero sin necesidad de restaurar el platonismo. La caverna en el libro designa al reino de las ideologías en el que viven quienes piden la paz, o la globalización, o la antiglobalización, sin detenerse demasiado a analizar lo que piden. Y algo más: Quienes después de haber escuchado algún análisis en este sentido, prefieren volver al reino de las sombras, de las ideas simples, es decir, de las ideas que pueblan la caverna por antonomasia.

23. Si no hay guerra justa o injusta, sino prudente o imprudente, ¿cuándo calificaría una guerra de imprudente? Además, cuáles son los criterios para hablar objetivamente de prudencia o imprudencia.

El criterio de la prudencia o imprudencia es muy preciso: la eutaxia del Estado correspondiente. La prudencia de una guerra ha de decidirla quien toma la decisión de defenderse o de atacar; la imprudencia sólo puede medirse por sus resultados.

Despedida.

Las preguntas han sido muy fértiles, las agradezco y espero seguir continuando la conversación.

 

El Mundo [mundolibro]
Madrid, martes 18 de mayo de 2004
Novedades
 

Una vuelta a la caverna
Gustavo Bueno con la guerra de Irak

Gustavo Bueno / La vuelta a la caverna Esther L. Calderón

Parece que la obra de Gustavo Bueno continúa creciendo a buen ritmo. Más o menos, dos o tres libros al año es la media de este polémico filósofo. Ahora llega a las librerías La vuelta a la caverna. Terrorismo, guerra y globalización (Ediciones B), en la que analiza, desde un punto de vista filosófico y tono crítico, las manifestaciones en contra de la guerra de Irak y el movimiento antiglobalización.

A lo largo de las 400 páginas, en cuatro partes y una extensa introducción, Gustavo Bueno pretende ofrecer «un sistema de pensamiento, unas herramientas filosóficas» para que después cada uno opine lo que quiera, pero conociendo a fondo las ideologías latentes tras esos movimientos.

Ideas de la filosofía tradicional

Las dos series de hechos («¡No a la Guerra!», «¡No a la Globalización!») confluyeron, a través de sus manifestantes, en muchos puntos y ocasiones, pero no por ello cabe identificarlas. También confluyen estos movimientos en muchas de las ideas a las cuales ellas se acogen, tales como 'Género humano', 'Estado', 'cultura', 'conciencia', 'libertad' o 'igualdad', que forman parte del repertorio más tradicional de la filosofía mundana o académica.

¿Y por qué una vuelta a la caverna? Según Bueno, retornamos a la caverna de Platón «porque las ideas no tienen fuerza para subsistir por sí mismas». Entre ese 'No a la Guerra' y las manifestaciones antiglobalización, el filósofo apunta al «simplismo» como punto en común: «Cuando dicen 'No a la guerra' no saben lo que están diciendo. Y si se analiza, se ofenden. Les da pereza pensar. 'No me líe', dicen para no apearse de las evidencias arraigadas.»

Las guerras son prudentes o imprudentes

«Pedir la paz es una abstracción, es como pedir libertad.» –Continúa Bueno– «¿Paz para qué?, diríamos parodiando a Lenin. La paz es el orden impuesto por el vencedor.» La guerra, según la percepción del catedrático, «está más ligada a los Estados que a la violencia. No se busca, se encuentra. No son justas o injustas, sino prudentes o imprudentes, según las necesidades de los Estados».

Advierte el autor de El mito de la izquierda que en este nuevo libro, su análisis «parte del reino de las sombras, donde vivimos y que está formado por las ideologías, como las propias de los que iban a las manifestaciones por la paz del año pasado y las de los movimientos antiglobalización». A su vez, la tesis última del libro es un recorrido de vuelta, es decir, «regresar, desde esas ideologías, al análisis de las ideas allí contenidas. Y, después, volver a la caverna. Así trato de reinterpretar las ideologías antiglobalización y contra la guerra», afirma Bueno.

 


Fundación Gustavo Bueno
www.fgbueno.es