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La Nueva España
Oviedo, Viernes 25 de febrero de 2000
Nalón [edición de las Cuencas]
página 6

El filósofo y pensador Gustavo Bueno no dudó en asegurar ayer en Langreo que «algunos políticos tienen un comportamiento similar a los chimpancés; los monos lo único que no hacen es dialogar, por eso es tan difícil hablar con Arzallus». El autor de «El mito de la cultura» y «España frente a Europa», entre otras, dio una conferencia en las «Escuelas Dorado» sobre «la izquierda y la derecha políticas» en la que no faltó ni un aviso de bomba ni el correspondiente desalojo e inspección policial. Más tarde, «tras el prólogo de la bomba», Gustavo Bueno clasificaría los niveles de comparación y diferencias entre izquierdas y derechas. «Cada vez resulta mucho más complicado distinguirlos».

Gustavo Bueno, a prueba de bomba

Multitudinaria charla en Langreo del filósofo, que comparó a Arzallus con un chimpancé
Sostiene que cada vez es más complicado diferenciar la izquierda y la derecha políticas.

Gustavo Bueno, durante su intervención ayer en Langreo.
Langreo, J. E. M.

Las ideas políticas de izquierda y derecha pasaron ayer por encima de las bombas de la mano de Gustavo Bueno. El filósofo riojano abarrotó el salón de actos de la Casa de Cultura «Escuelas Dorado» para hablar sobre la tradicional distinción política. él mismo daría después las razones del lleno: «Las Cuencas son una zona muy politizada».

Un aviso de bomba obligó a suspender unos minutos la charla. Bueno se arrancó en la reanudación; una vez concluida la inspección policial. No dejó escapar la oportunidad. «Seguro que el que dio el aviso es el mismo que ha pintado “Gustavo Bueno facha” y encima se cree de izquierdas. Me decía uno en Bilbao que él se sentía vasco y yo pensaba: “Y a mí qué me importa cómo te sientas”», aseguró, para entrar a comparar el comportamiento de algunos políticos con el de los chimpancés. «Algunos estudios demuestran que los monos son capaces de urdir trampas y estrategias con otros ejemplares de la especie para desbancar a los jefes del grupo, lo único que no hacen es dialogar. Por eso resulta tan difícil hablar con Arzallus, es tan difícil como dialogar con un chimpancé, y el diálogo es la base de la acción política. Ya decía Hegel que es inútil dar a masticar libros a un perro».

Concluido el repaso de la actualidad, el pensador empezó a desgranar las ideas de izquierda y derecha política, «dos ideas obscuras y confusas». Bueno advirtió: «No os voy a decir nada nuevo, simplemente intentaré clasificar esas ideas que todos tenemos realizando una especie de psicoanálisis lógico».

El filósofo estableció cuatro niveles de clasificación. Términos equívocos fue el primero. «Izquierda y derecha son posicionamientos relativos. Por ejemplo, Stalin representó a la derecha en Rusia cuando Trotsky estaba a la izquierda». Bueno recordó el inició de la diferenciación por posición en las cámaras en los primeros parlamentos ingleses y en la asamblea francesa, «siempre en debates relacionados con el trono y el altar».

Elementos unívocos fue el segundo estadio de clasificación. «Izquierda y derecha son conceptos que definen hasta una visión diferente del mundo. Para hacer estas distinciones se politizan cosas que no son políticas, como los derechos humanos o las utopías». En este punto Bueno recordó que el primer anarquismo y el primer marxismo no hacían diferencias de izquierda y derecha.

El tercer nivel clasificatorio hizo referencia a los conceptos funcionales: «Es como una ecuación en la que cada valor es un variable. Se miran los resultados para izquierda y derecha según cada valor o variable». Bueno citó numerosas variables: «Las primeras, el trono y el altar». Por último, el filósofo concluyó con el plano empírico: «Hoy las variables casi son infinitas, los partidos deben posicionarse muchas veces y resulta muy difícil distinguir izquierda y derecha. Al final se distinguen porque unos llevan barba y otros, sólo bigote».

Un prólogo con alarma

Intervenía Marcelino Javier Suárez Ardura, profesor del Instituto Alto Nalón, que introdujo la charla con un comentario que recogió el elogio de Bueno: «Si lo permites me gustaría publicarlo próximamente». Suárez Ardura no pudo terminar. Como un recuerdo de otros tiempos varios agentes de Policia irrumpieron en la sala e invitaron a los asistentes a desalojarla. Tras la incertidumbre inicial, la confirmación: un aviso de bomba que Bueno calificó de prólogo a la conferencia. A la izquierda, momento del desalojo.

 


Fundación Gustavo Bueno
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