Proyecto Filosofía en español Hemeroteca
La Nueva España
Domingo, 22 de junio de 1997
Deportes
página 47

Oviedo / Sporting: Un derbi como pocos

Bueno: «Desde un punto de vista moral, los dos tienen que salir a ganar»

«Vencerá el Oviedo porque no le queda más remedio; con un 1-0 es suficiente»

Gustavo Bueno.
Oviedo, Tino Pertierra

—Un resultado para hoy.

—Ganará el Oviedo. No le queda más remedio. Un 1-0 es suficiente.

Gustavo Bueno, filósofo, acudirá esta tarde al derbi invitado por La Nueva España. Su opinión sobre, el partido de máxima rivalidad regional es clara: «Desde un punto de vista moral, los dos equipos tienen que salir a ganar».

—¿Si el Oviedo no marca, debe ayudarlo el Sporting?

—Si Asturias fuera el ideal supremo, es evidente que el Sporting debería ceder para que el Oviedo ganara y Asturias tuviera dos equipos en Primera. Pero esto iría en contra de las normas de un club de fútbol, que son de tipo moral por afectar a un grupo. Por eso, la moral del Sporting como grupo le impone tener que ganar, si puede, por encima de cualquier otra circunstancia. Es un caso muy interesante de conflicto en diferentes planos. Que tenga asegurada la Primera División determina de modo inconsciente el relajamiento para el Sporting. Ese relajamiento sería explicable pero no justificable. Desde el punto de vista moral, deben ir los dos a por todas. Se podría dar una explicación sutil: el Sporting puede suponer que el Oviedo tiene capacidad para ganar, no siempre, pero sí alguna vez, y así no quedaría deshonrado por ser vencido.

—¿Si usted fuera jugador del Oviedo, qué le diría a uno del Sporting?

—Cumple con tu deber como yo haré con el mío.

Expresión de ciudades

—¿Las ciudades tienen el equipo que se merecen?

—Sí. Los equipos son expresión de ciudades. ¿Por qué, si no, los conjuntos de Primera División representan capitales importantes de autonomías, salvo excepciones como Almendralejo? Por eso los equipos son políticos, de la polis. No conozco más que un equipo que represente una raza, que es el Celta de Vigo. No hay un equipo que se llame el Fenicio de Sabadell, por ejemplo, ni tampoco que represente a sindicatos o partidos, aunque podrían hacerlo.

—¿Una ciudad con equipo en Segunda es una ciudad de Segunda?

—Quedar en Primera o bajar a Segunda supone tener una potencia económica determinada. Eso está claro. El Oviedo, además, no puede estar en Segunda si consigue ser Patrimonio de la Humanidad. No armonizaría lo primero con lo segundo.

—¿Hay que potenciar la cantera para ser más asturianos?

—Dedicarse sólo a la cantera tiene un componente racista evidente, como el Bilbao. Es un poco lo de los nazis, que exigían a los corredores que fueran arios.

—¿Son morales las primas a terceros?

—Un equipo tiene que funcionar como tal y seguir la moral del grupo que busca la victoria como sea. Todo lo que sea interferir en esa pureza es romper la estructura del grupo y empañar las reglas del juego. El público quiere ver enfrentarse a dos grupos, cualquiera que sea su origen y con capacidades técnicas distintas, y ver quién vence. Las interferencias sobran.

—¿Habría que fundir los dos equipos en uno?

—No. Para ser el equipo de Asturias, tendría que estar también Avilés, por ejemplo. Por la misma razón, tendrían que desaparecer Oviedo y Gijón como ciudades, si aceptamos que un equipo es representación de una ciudad.

—Con Lillo, ¿el Oviedo sería ahora farolillo rojo?

—No sé, es un futurible. No me caía mal, me parecía simpático.

—¿El próximo entrenador tiene que se extranjero?

—El hábito de traer gente de fuera me recuerda lo de Amadeo de Saboya, ir a buscar un rey fuera. Tener un entrenador con caché parece que da prestigio.

—¿Oviedo y Gijón son tan distintas como creen?

—Gijón es más antigua que Oviedo, y sin embargo, Oviedo es la capital. Son dos estructuras distintas, una puesta sobre otra que es anterior. Eso produce unas distorsiones que son la clave de antagonismos más bien simbólicos. Y que Oviedo, como capital, se haya especializado en funciones de servicios y sea sede del Gobierno, da lugar a una población distinta a la de Gijón, más industrial y con puerto de mar, lo que da origen a otra composición social.

—¿Por qué los cánticos de los ultras suelen ser tan poco imaginativos?

—Se mezclan con otro tipo de pautas estereotipadas, no saben otra cosa, el repertorio de gritos y canciones y eslóganes es escasísimo, y es difícil inventarlo.

—Sólo se habla de fútbol esta semana. ¿Es bueno?

—Es mejor hablar de fútbol que de baloncesto, o de la parodia nacional o de cuestiones políticas muy manidas. Pero llevar una semana entera con el mismo asunto significa una limitación del horizonte muy grande, aunque creo que eso sólo lo hacen los fanáticos. Se habla, además, de forma superficial, como del tiempo.

—¿Qué uniforme le gusta más? ¿Azul o rojiblanco?

—Una camiseta aislada no me dice nada, es como un acorde suelto de un piano. Tiene que ser algo global. La estética está unida a la belleza del juego en conjunto, y el equipo que mejor juegue, ofrecerá más belleza, sin que los colores tengan nada que ver.

—0li, al criticar a sus compañeros, ¿los motiva?

—La motivación, que procede de motivo, es un concepto escolástico que ahora usan mucho los psicólogos. Al hablar de motivación en fútbol, conviertes al jugador en máquina, el motivo funciona entonces como espuela al corcel. La motivación es una expresión ridícula en este caso, porque se supone que alguien que está en una función concreta no necesita más motivación que estar ahí. Es un intento de reducción puramente conductista: el motivo, el estímulo y la reacción. ¿Qué quiere decir que un músico no está motivado? Pues que no es músico. Si un futbolista no está motivado, que se dedique a otra cosa.

—Es usted entrenador del Oviedo. Motive... perdón, quiero decir, anime a sus jugadores antes de saltar al campo.

—Les diría: «Diez siglos de historia os contemplan».

—Ahora es usted entrenador del Sporting....

—Les diría: «Demostrad que podemos vencer. Demostrad que, aunque no sois de la capital, podéis vencerla».

 


Fundación Gustavo Bueno
www.fgbueno.es